A mediados de siglo XVI se habilitó sobre la primitiva barbacana que protegía el único acceso al interior de la Villa de Pedraza, un edificio destinado a Cárcel Inquisitorial, cuyo interior se conserva prácticamente intacto en la actualidad.
Es un edificio medieval del siglo XIII y reconstruido en este siglo XVI, y se abrió de nuevo al público el 1 de abril de 1994. Está situado pues sobre la única entrada de la Villa. En su interior se pueden contemplar los métodos de tortura que utilizaban para los presos o las dependencias de los carceleros: cómo era una mazmorra, los cepos para manos y pies con que se sometía a los presos, la gran chimenea con escudo de las dependencias del carcelero, las lóbregas mazmorras de los pisos bajos... Una buena forma de hacerse una idea de cómo se desarrollaba la historia de la villa en la época.
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