A pocos km de Santiuste de Pedraza tenemos la localidad de Prádena donde podemos contemplar la cueva de los enebralejos y una recreación de un poblado prehistórico. En los entornos de Prádena se localiza uno de los acebales (bosquete de acebos) más importantes de la península, unas 60 hectáreas. Paisaje digno de admiración con la llegada del invierno, cuando el bosque de acebos se torna del color rojo brillante de su fruto.
También se puede encontrar un buen enebral (bosque de enebros o sabinas)
En la sierra de Prádena en una altura superior a 1.650 metros predominan piornos serranos y enebros rastreros (juniperus nana), comúnmente conocidos con el nombre de jabinos. En una altura aproximada de 1.200 metros aparecen los robles melojos ( quercus pyrenaica). Existe una gran extensión de robles de especial mención ya que existen muchos robles centenarios, que con las podas que realizan los vecinos de Prádena, para obtener leña para calentarse en el invierno, han alcanzado un grosor en su tronco considerable. También se localiza un magnífico enebral (bosque de enebros o sabinas), arboeles que aguantan los centenares de años que llevan en la dehesa del pueblo, con sabina albar (uniperus thurifera), junto a estepas y retamas. En las riberas de los arroyos abundan fresnos y alamedas de distintas especies.
Pero sin duda destaca el Acebal de Prádena. un bosque tupido y sombrío sólo de acebos, uno de los mejores de España, con algunos ejemplares realmente impresionantes. Los árboles crecen hasta los ocho metros de altura, pegadas unas copas con otras, lo que impide la llegada de la luz al interior del bosque durante todo el año, al ser una especie de hoja perenne, dejando un sotobosque casi inexistente.
El acebo: (ilex aquifolium) es un arbusto o arbolillo de la familia de las aquifoliáceas, siempre verdes, con hojas coriáceas, brillantes de color verde oscuro, onduladas, dentado espinosas en los ejemplares silvestres, flores blancas y fruto drupáceo, abayado, de color rojo, del tamaño de un guisante. Cuando se acerca el invierno se produce una gran transformación en el paisaje de Prádena. Todo se queda triste, nublado y gris, las hojas se desprenden de los árboles, pero no de todos, el acebo, de brillantes bayas rojas, desafía al resto de especies. Sus hojas son perennes, de lustroso color verde, y las bayas rojas en sus ramas adornan los hogares navideños segovianos desde hace mucho tiempo. Existen varias especies de acebo, el más común tiene hojas de color verde oscuro, espinosas y de bordes rizados con las bayas en racimos. No son verdaderas bayas, sino drupas ( frutas con hueso). Sus florecitas blancas, agrupadas en ramos, aparecen en mayo. Los acebos se encuentran en los bosques y espesuras, en estado natural. Su madera, dura de grano fino, es muy apreciada por ebanistas y fabricantes de instrumentos musicales. Sus flores atraen a las abejas. Además es bosque sirve de abrigo a las vacas que pastan en la zona.
Para llegar a la acebeda partiremos del parque recreativo El Bardal (donde se encuentran las piscinas municipales). Antes de llegar a la entrada de la zona de recreo hay que tomar la pista de la derecha que asciende por un camino forestal ancho. Los coches se pueden aparcar en este punto. El camino nos llevará hasta el cruce con la Cañada Real Segoviana, por la que accederemos a la dehesa comunal de Prádena. Hay una puerta cerrada al paso de vehículos pero una puerta giratoria anexa permite el paso de personas (e impide que el ganado se escape). Esta dehesa es el imponente robledal . Una vez cruzada, para encontrar acebos hay que penetrar en el corazón del bosque, se coge el camino de la derecha, que va pegado a un muro de piedra, llegando pronto a los primeros acebos.
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